La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) se une a la llamada realizada recientemente por la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) reclamando medidas para prevenir la exposición prenatal a contaminantes químicos.
En un informe FIGO alerta de que la exposición a sustancias tóxicas durante el embarazo y la lactancia supone una amenaza para la reproducción humana y la salud. Los contaminantes que más les preocupan son los disruptores endocrinos, que están asociados a aborto involuntario, muerte fetal, deterioro del crecimiento fetal, malformaciones congénitas, reducción del desarrollo neuronal y de la función cognitiva, aumento de algunos tipo de cáncer, problemas de atención, conductas de TDAH, e hiperactividad.
Otro problema relacionado con las toxinas ha sido analizado en el reciente estudio publicado en la revista Human Reproduction, en el cual ha participado entre otros el Dr. Francisco Carmona donde se analiza el aumento de los niveles de dioxina en el tejido adiposo en pacientes con endometriosis infiltrante profunda
SESPAS reitera su petición a las autoridades españolas y europeas de que adopten medidas urgentes para reducir la exposición de la población a estas sustancias dado el alto peligro que implican y por su parte FIGO propone a médicos, matronas y otros profesionales de la salud reproductiva impulsar políticas que eviten la exposición a tóxicos ambientales químicos, avanzar hacia un sistema de alimentación saludable para todos, incluir la salud medioambiental en la atención sanitaria, y defender la justicia ambiental.
También la Sociedad de Endocrinología, que reúne a miles de endocrinólogos de todo el mundo, señalando que no hay dudas de que la exposición a sustancias que alteran el sistema hormonal (disruptores endocrinos), presentes en alimentos y artículos de consumo, está contribuyendo a enfermedades muy importantes como la obesidad, la diabetes o el cáncer.
SESPAS afirma que continuará trabajando en la defensa de la salud de la población ofreciendo su capacidad científica y técnica a las administraciones públicas (municipales, autonómicas y estatales), a las que pide que implanten políticas públicas saludables, entre las que la reducción a la exposición a químicos tóxicos debe ser prioritaria.